Los falsos testigos se repiten en muchos juicios y eran trasladados por un chofer que cuenta detalles increíbles de la maniobra. Un hombre llegó a suicidarse ante el temor de perderlo todo.
Hartos de tener que hacerle frente a demandas laborales inexistentes, numerosos productores ganaderos de la localidad de Alejandra denunciaron públicamente la existencia de una red mafiosa dedicada a inventar juicios en su contra.
El grave episodio se viene reiterando desde hace un largo tiempo en esa región del departamento San Javier, que alberga unas 130 mil cabezas de ganado.
Los productores empezaron a recibir distintas demandas de gente que en algunos casos había trabajado muy poco tiempo y el reclamo se hacía por años, o directamente de personas a las que ni siquiera conocían.
La mayoría de los pleitos legales los inicia un abogado de Reconquista, quien además actúa de fiador para que finalmente un juez laboral de esa ciudad ordene sistemáticamente el embargo del boleto de marca.
Cuando ocurre esta situación los productores se ven privados de comprar o vender ganado, razón por la cual se sienten obligados a “llegar a un arreglo”.
El productor ganadero Francisco Caminos no dudó en tildar de “organización mafiosa” a la red de personas que se dedica a “levantar juicios falsos” con una “impunidad inusitada”.
“Llamativamente en el juzgado de Reconquista se aceptan esas demandas y al ordenar el embargo del boleto de marca los productores tienen que llegar a un arreglo, es como una especie de extorsión. Lo que está ocurriendo en esta parte de la provincia es ni más ni menos que un terrorismo de Estado”, disparó.
Asimismo, Caminos sostuvo que la organización a la que le atribuye un accionar delictivo está conformada principalmente por un magistrado laboral y un abogado “que presenta el 95 por ciento de las demandas y que tiene a su cargo a un hombre que se encarga de levantar los juicios ofreciéndoles plata a los peones”.
La prueba
Roque José Zanabria fue testigo durante un prolongado tiempo de cómo se implementaban las falsas demandas.
Zanabria contó a El Consultorweb que “yo tenía una camioneta particular en la que una o dos veces por semana llevaba gente a Reconquista. Entre esa gente iban los testigos que declaraban en los distintos juicios laborales y casi siempre eran los mismos. Un hombre que viajaba con ellos era el encargado de enseñarles en el viaje lo que tenían que decir, incluso les hacía sacar fotos en los campos con distinta ropa para simular que hace mucho que trabajaban. Algunos de los peones recibían 20 pesos”.
Entre los numerosos damnificados, el productor Juan Carlos Catalín puntualizó que “me inventaron un juicio del año 96, a través de un hombre que se ocupaba acá en Alejandra de buscar los peones. Me aparecieron distintos reclamos de gente que nunca había trabajado en mi campo y como llegaron a embargarme el boleto de marca tuve que arreglar y pagar. Los testigos que se presentaron eran falsos, igual que siempre, unos señores que también se presentaban en las otras demandas”.
Entre las víctimas que se reunieron para intentar ponerle fin a esta serie de episodios se encontraba también la esposa de un productor que cuando recibió una demanda laboral inventada se quitó la vida, por temor a perderlo todo.
Fuente:www.elconsultorweb.com